Hola a todos! Pasaron 5 años desde que creé este blog. Veo que muchas personas acceden a él y que algunos resúmenes resultaron útiles.
Sin embargo, me imagino que varios de los textos que vi en la cátedra de Sociología, en su momento, ya no están en el curriculum de la materia.
Por eso, si alguno de los que lee este post tiene resúmenes de otro textos de la materia (CBC Sociología, no importa qué cátedra) y les gustaría subirlos y compartirlos en este blog, puedo agregarlos como autores del blog.
No entro mucho a este blog, pero bueno, tarde o temprano entraría en contacto con quien sea que le interese compartir sus resúmenes!!
Saludos
Resúmenes socio (filo). En busca de la solidaridad.
Intenté e intenté. Me sudó la cabeza y pude lograr estos humildes resúmenes. Y los subo a este blog, con la esperanza que algún afortunado los encuentre y pueda utilizarlos, para que la vida se le haga un poco más sencilla a la hora de estudiar esta materia tan no-sé-si-es-compleja-o-soy-yo llamada sociología. Saludos. Anibal.
viernes, 28 de junio de 2019
lunes, 23 de junio de 2014
RESUMEN Guidens - Las relaciones de producción y la estructura clasista
La producción y reproducción de la vida es una exigencia dictada por las necesidades biológicas del organismo humano y a la vez, lo que es más importante, la fuente creadora de nuevas necesidades yLa explicación de la desigualdad – Rosemary Crompton
Todas las sociedades complejas se caracterizan, en un grado variable, por la desigual distribución de las recompensas materiales y simbólicas. Es también el caso de que nunca ha existido una estructura persistente de desigualdad económica y social sin que hubiera también algún tipo de sistema de significados que persiguiera tanto explicar cómo justificar la desigual distribución de los recursos sociales.
El de “estratificación social” es un término general que describe estas estructuras sistemáticas de la desigualdad. En las sociedades tradicionales o preindustriales, está muy extendida la idea de que las desigualdades, y por ende, la estratificación social son naturales y/o reflejan aspectos de la cosmología que proveen una explicación de la sociedad misma. Si las desigualdades son naturales, entonces no es necesario seguir investigándolas.
Las desigualdades derivan de una estructura de la sociedad establecida por la divinidad (por ejemplo, el sistema de castas de la India clásica). El rango social corresponde a la pureza religiosa (ritual). Las castas inferiores contaminan a las superiores.
El kharma le enseña a un hindú que ha nacido en determinada casta o subcasta debido a que ello es lo que se merece como consecuencia de sus acciones en una vida anterior. El dharma, que significa “existir conforme a lo que es moral”, enseña que vivir la vida presente de acuerdo con las normas tiene como resultado el nacimiento en una casta superior.
En la Europa feudal, la estratificación venía también acompañada de justificaciones morales y religiosas. La condición del individuo estaba determinada por el acceso a la tierra. Era una sociedad jerárquica en la que el campesinado hecho siervo estaba sometido a la dominación de los señores eclesiásticos y seculares. La Iglesia poseía el poder moral y económico. Dios había concedido la tierra al hombre para que la habitara con el propósito de lograr su salvación eterna.
Europa occidental y gran parte del resto del mundo cambiaron debido al desarrollo del industrialismo capitalista, el elemento más relevante del proceso se ha definido como la llegada de la Modernidad. Se desarrolló desde el siglo XVII el argumento de que, en virtud de su humanidad, todos los seres humanos nacían iguales, no desiguales.
Si todo individuo nace con derechos naturales, ¿por qué algunos individuos dominan a otros?.
Hobbes, afirmaba que la vida en el estado de naturaleza era “peligrosa, brutal y corta”, se caracterizaba por la guerra del “hombre contra el hombre”. La solución a este problema del orden era la sumisión al estado, sin la cual no habría más que caos. Locke, también afirmó que era la autoridad del estado la que mejor podía garantizar los “derechos naturales” a la vida, la libertad y la propiedad. Rousseau expresó en una conocida frase que desde entonces ha resonado a lo largo de la historia, que “el hombre nació libre y en todas partes se lo encuentra encadenado”. Afirmaba que la democracia directa expresada por medio de la voluntad general proporcionaba la mayor protección al individuo.
El fin de la sociedad tradicional y el desarrollo del industrialismo capitalista se produjo junto al énfasis en la racionalidad del hombre social moderno.
Los cambios políticos que crearon el individuo formalmente libre también alumbraron al trabajador sin tierra que tenía el derecho de vender lo único que poseía: su trabajo o capacidad de trabajar. El trabajo se convirtió en una mercancía.
Las revoluciones inglesas y francesas fueron los principales cambios políticos que se produjeron en la transición al industrialismo capitalista.
Toda la historia de la sociedad humana hasta el día es una historia de luchas de clases. La desigualdad era y siempre había sido un reflejo del diferente acceso a los medios de producción y a lo que se producía.Para Marx, el poder del estado era inseparable del poder económico, y el individuo soberano del capitalismo no era sino una condición necesaria del desarrollo del modo de producción capitalista.
Los trabajadores sin tierra que aparecieron como consecuencia del cambio político y económico constituían una nueva clase: el proletariado.
En este libro analizaremos la “clase” como un fenómeno distintivamente moderno.
Constituye principalmente una característica de los sistemas modernos de estratificación de las sociedades industriales. Esto no significa que las clases no existieran antes de la modernidad, sino que el discurso de la clase se ha convertido en uno de los conceptos más importantes para empezar a comprenderla.
Las ideologías asociadas a la religión y la costumbre, en las sociedades tradicionales, identificaban los distintos niveles de recompensa material que debían corresponder a los diferentes rangos de la sociedad, ofrecían esperanza tras la muerte y proporcionaban una poderosa justificación moral para la distribución des-desigual de recursos.
Orden social y teorías de la diferenciación social.
La desigualdad constituye un rasgo característico de toda sociedad compleja. Las desigualdades materiales no han de ser algo necesariamente negativo. Ese es el argumento sobre el cual los neoliberales hablan de la desigualdad.
Los orígenes de las teorías funcionalistas de la estratificación se encuentran en el funcionalismo estructural parsoniano que dominó la teoría sociológica en los Estados Unidos tras la segunda guerra mundial.
También reflejan algunos elementos del análisis Durkhenianos de las consecuencias sociales últimas de la división del trabajo de la sociedad industrial. Durkheim era plenamente consciente de las consecuencias negativas de la división del trabajo (la pobreza, el descontento social, etc) generadas por el desarrollo del capitalismo industrial. Pero afirmaba que, las formas normales de la división del trabajo conducirían al desarrollo de la “solidaridad orgánica”, la solidaridad a través de la interdependencia en la sociedades industriales complejas.
En la sociedad competitiva de mercado, el que tiene más talento y ambiciones, en suma, el mejor, es el que llega más alto y por lo tanto el que consigue la mayor parte de la recompensa de las sociedades. Sin embargo muchos estudiosos han comentado que estos argumentos se basan en la presunción de la igualdad de oportunidades.
La igualdad de oportunidades es una justificación poderosa de la desigualdad. Si todos tienen las mismas oportunidades de ser desiguales, entonces el resultado desigual pueden considerarse justo y justificarse como un reflejo de la desigualdades naturales entre los talentos personales y no de procesos sociales estructurados. Nunca se ha alcanzado una verdadera igualdad de oportunidades.
Los funcionalistas han utilizado dos argumentos estrechamente relacionados para explicar y justificar las desigualdades materiales en una sociedad que reconoce política y jurídicamente la igualdad.
Las recompensas desiguales proporcionan una estructura de incentivos que garantiza que los individuos con talento se esforzarán e innovarán contribuyendo así a la mejora de los niveles materiales de la sociedad en su conjunto. Aparece la idea de que existe un amplio consenso sobre la legitimidad de las diferentes recompensas, porque esos innovadores son funcionalmente más importantes para la sociedad.
Marx predijo que la estructura fundamental de la desigualdad de clases asociada al acceso diferente a la propiedad y al control de los recursos productivos, conduciría a través de la lucha de clases entre el trabajo y el capital a la derrota revolucionaria y a la transformación final del industrialismo capitalista.
En conclusión, todo hace suponer que la clase continúa siendo un tema que merece un artículo de toda una página en un prestigioso dominical. Los sociólogos podrían replicar que el uso del término clase, en el discurso académico difiere considerablemente de su uso en el habla coloquial: la utilización cotidiana de la palabra se aproxima más a la noción de prestigio o distinción social.
Quien crea que nos encaminamos hacia una sociedad sin clases, sólo tiene que pararse a considerar la procedencia social de los que inician estudios superiores para rectificar su opinión.
capacidades. La reproducción es el primer hecho histórico y la producción de la vida material es una condición fundamental de toda la historia.
Todo individuo, con sus acciones cotidianas, vuelve a crear y reproduce la sociedad en cada momento:de aquí proviene lo que es estable en la organización social, y éste es, a la vez, el origen de una modificación interminable.
Marx alude a Adam Smith calificándolo de “Lutero de la economía política”, porque él, y después los demás economistas, han situado correctamente en el trabajo la fuente de autocreación del hombre. La autocreación del hombre por medio de la reproducción entraña un proceso de desarrollo social. Los seres humanos nunca producen simplemente como individuos, sino que siempre lo hacen como miembros de una determinada sociedad.
“Para producir, los hombres contraen determinados vínculos y relaciones, y através de estos vínculos y relaciones sociales, y sólo a través de ellos, es como se relacionan con la naturaleza y como se efectúa la producción.”
Las modificaciones de las fuerzas productivas que se dan en la transición del feudalismo al capitalismo pueden encontrar su explicación en los términos de una serie convergente de hechos históricos.
El dominio Clasista
Las clases surgen, según Marx, allí donde las relaciones de producción entrañan una división diferenciada del trabajo que permite una acumulación de producción excedente, ésta puede pasar a manos de un grupo minoritario. Empezando así la relación explotadora respecto a la masa de productores.
La actividad productiva es la actividad vital del hombre. Es la raíz de toda sociedad. Supone la cooperación de los individuos ya que el trabajo tiene que realizarse en conjunto. Cuando se acumula el trabajo se produce el excedente. Dicho excedente puede ser apropiado por una minoría que lo usa como resorte, generando las condiciones de explotación.
La explotación es distinto que el dominio. La explotación va más allá que la dominación. Un grupo se apropia del trabajo y del producto producido por otro.
Aquí nos encontramos con el concepto de “Desigualdad”, que significa que las diferencias son ordenadas jerárquicamente. Si bien las diferencias no siempre suponen desigualdad, ni asimetrías de poder, cuando poseen un carácter social, generan desigualdad.
En consecuencia, conviene emplear el término “dominio” que “autoridad”.
Cuando pensamos en estratificación social, pensamos en división del trabajo. (En las sociedades esclavistas o feudales, hay distinta apertura de estos estratos). En la sociedades actuales, la diferencia de clase radica en los obreros y la burguesía.
Marx decía que las relaciones de producción existen en cualquier sociedad. Ya que son propias de un momento histórico y no son universales.
Las clases no son grupos de ingresos. Los ingresos son una consecuencia de la clase. La distribución no cambia las relaciones de producción. La distribución de bienes económicos no es un ámbito separado de la producción o independiente de ella, sino que está determinado por el modo de producción.
Si bien puede creerse que las clases no son más que desigualdades en la distribución de ingresos, y que por lo tanto el conflicto de clases puede mitigarse o incluso eliminarse introduciendo medidas que minimicen las diferencias en los ingresos, para Marx, las clases son un aspecto de las relaciones de producción. Ya que las clases se constituyen por la relación de grupos de individuos respecto a la posesión de propiedad privada sobre los medios de producción.
Para Marx, las clases tampoco son una división funcional. En cambio para Durkheim, las clases significan la multiplicidad de acuerdo a una función.
Las clases son posiciones antagónicas, necesariamente contrapuestas. Siempre habrá conflicto, ya que el explotador depende del grupo explotado. Y siempre se forman en la lucha.
El concepto de la explotación, es lo que distingue a la teoría marxista.
Los capitalistas forman una clase sólo en la medida en que se ven obligados a sostener una lucha común contra otra clase. Ellos mismos se enfrentan unos con otros, en el plano de la competencia, en pos de ganancias en el mercado.
Estructura clasista y relaciones en el mercado
Todas las sociedades clasistas de la historia muestran un sistema de relaciones más complicado que interfiere con el eje dicotómico de la estructura de clases. En la sociedad burguesa se dan tres tipos de estas agrupaciones que complican el asunto:
1) Clases que, aunque desempeñan un importante papel económico y político en la forma existente de la sociedad, provienen de un conjunto de relaciones de producción que, o bien están caducando, o bien están surgiendo.
2) Las capas sociales que están en relación de dependencia funcional respecto a una de las clases, y que, por lo tanto, tienden a identificarse políticamente con ella. Éste es el alto personal ejecutivo. Asalariado pero que explota el trabajo ajeno. Se identifican políticamente con la burguesía.
3) El Lumpenproletariado, son grupos heterogéneos de individuos que quedan al margen del sistema de clases porque no están plenamente integrados a la división del trabajo. No consiguen vender su fuerza de trabajo. Estos son los delincuentes, los vagabundos, gente sin profesión fija, etc.
Según Marx, la distribución de las clases y la naturaleza del conflicto entre ellas cambian considerablemente con la aparición de sucesivas formas de sociedad.
Las puras relaciones de mercado no aparecerán hasta el advenimiento del capitalismo.
El cual depende de la expropiación de una masa de trabajadores que, a parte de su fuerza de trabajo, no tienen nada que ofrecer a cambio de los medios de subsistencia. La sociedad burguesa ha desgarrado sin piedad las “abigarradas ligaduras feudales que ataban al hombre a sus superiores naturales”. El frío interés, el cruel pago al contado… En una palabra, en lugar de explotación velada por ilusiones religiosas y políticas, ha establecido una relación de explotación abierta, descarada, directa y brutal.
En la sociedad, una vez establecido el capitalismo, su progresivo desarrollo tiende más y más a la creación de dos grandes clases que en mercado se oponen directamente: la burguesía y el proletariado. Las demás clases están en transición y son absorbidas por una de las dos colectividades más importantes.
Para Marx, el poder político y económico están vinculados estrecha pero no inseparablemente. La forma de gestión política se relaciona estrechamente con el modo de producción y, por ahí, con el grado de preponderancia que tengan en la economía las relaciones de mercado. La propiedad privada aparece primeramente como tal en el mundo antiguo, pero queda restringida a sectores limitados. En la Edad Media, la propiedad pasa por varias etapas desde la propiedad feudal de la tierra hasta la propiedad corporativa convertible.
En conclusión, la propiedad continúa vinculada a la comunidad, y por ello también lo están las relaciones de dominio clasista.
El capitalismo moderno, está condicionado por la gran industria y la competencia universal que se ha despojado ya de toda apariencia de institución comunitaria.
El influjo de las relaciones de mercado: clases y estamentos.
En “economía y sociedad” de Weber, contiene dos secciones que tratan de clases y estamentos.
Weber define la acción económica como el proceder que busca, por medios pacíficos, adquirir el control de las utilidades deseadas (bienes y servicios). El mercado distingue del intercambio recíproco directo (trueque) en la medida que incluye la acción económica especulativa orientada hacia la obtención de ganancias por medio del comercio competitivo. Las clases sólo pueden existir cuando tal mercado, que puede tomar numerosas formas concretas, ha empezado a existir, y esto a su vez presupone la formación de una economía monetaria. La moneda, posibilita la estimación de los valores intercambiados, en términos cuantitativos y fijos. Así, las relaciones económicas se liberan de las obligaciones y vínculos particulares de la economía comunitaria local, y su fluidez queda determinada por las oportunidades materiales que tienen los individuos de usar la propiedad, bienes y servicios que poseen para cambiarlos en el mercado competitivo. Con ello, explica Weber, comienza la lucha de clases.
La forma en que se halla distribuido el poder de posesión sobre bienes de intercambio, crea por si misma, posibilidades específicas de existencia. Es decir, lo que comparten la misma situación de mercado o situación de clase están sometidos a similares exigencias económicas.
Una clase designa un agregado de individuos que comparten la misma situación. Los que carecen de propiedad, y que sólo pueden ofrecer servicios en el mercado, se dividen según los tipos de servicio que pueden ofrecer, lo mismo que los que poseen la propiedad pueden diferenciarse según lo que poseen y cómo lo usan para fines económicos.
Weber reconoce con Marx, que la posesión contra la no posesión de la propiedad es la base más importante de la división de clases en un mercado competitivo.
Entre los grupos positivamente favorecidos (empresarios que ofrecen artículos para vender en el mercado, empresarios que participan en la financiación de estas operaciones, banqueros) y los negativamente favorecidos (trabajadores asalariados), se extiende una amplia gama de clases medias que, o bien poseen pequeñas propiedades, o bien poseen alguna capacitación que puede ofrecerse como servicio en el mercado (funcionarios, artesanos, campesinos).
Weber distingue también lo que él denomina “clases simplemente sociales”. Aquí, los individuos pueden trasladarse libremente dentro de un conjunto común de situaciones de clase (por ejemplo, un hombre puede trasladarse sin dificultades de un empleo administrativo a otro parecido en otra firma o institución), constituyen una clase social determinada.
Weber describe que el capitalismo está formado por las siguientes clases sociales:
1) La clase de los obreros manuales, la existencia de diferencias de capacitación, especialmente cuando tales capacitaciones están controladas como monopolios, es el factor que más amenaza la unidad de clase obrera. Pero el aumento de la mecanización de la industria arrastra a una gran proporción de obreros hacia la categoría semi calificada.
2) La pequeña burguesía.
3) Los trabajadores de “cuello blanco”, los técnicos e intelectuales carentes de propiedad.
4) Los grupos dominantes, empresariales o propietarios.
Los grupos de individuos pueden compartir una misma situación de clase sin ser conscientes de ello, y sin formar ninguna organización para fomentar sus intereses económicos comunes.
La conciencia de clase llega a desarrollarse más pronto en aquellas circunstancias donde:
1) La clase enemiga es un grupo que aparece visiblemente en directa competencia económica. Por ejemplo, la clase obrera puede organizarse para luchar contra el empresario.
2) Donde hay un gran número de personas que comparten la misma situación de clase.
3) Donde es sencillo organizar una asamblea y la comunicación entre sí.
4) Donde la clase en cuestión se busca unos dirigentes, de procedencia intelectual o no, que proporcionan objetivos claros y comprensibles a sus actividades.
La clase hace referencia a las características objetivas de la situación de mercado de muchísimos individuos. Weber rechaza la idea de que los fenómenos económicos determinan directamente la naturaleza de los ideales humanos.
Para Weber, un estamento consiste en un número de individuos que comparten la misma situación estamental. Los que forman un estamento, al contrario de los que forman una clase, son casi siempre conscientes de su situación común.
Las clases según la propiedad a menudo constituyen estamentos determinados, las clases comerciales raramente lo hacen.
Los que forman un estamento normalmente manifiestan su distinción de los demás llevando un particular estilo de vida, y poniendo cortapisas a la interacción o relación de los demás con ellos. (Por ejemplo, la imposición de limitaciones sobre el matrimonio).
Los estamentos, en cuanto diferenciados de las clases, tienen una importancia vital en numerosas fases del desarrollo histórico. Más aún, los estamentos pueden actuar influyendo de manera directa en el funcionamiento del mercado, y así pueden afectar causalmente las relaciones de poder.
Pueden nombrarse muchos ejemplos en que los hombres han trazado distinciones claras entre posesión económica y privilegio estamental. La posesión de propiedad material no es siempre, de ninguna manera, una base suficiente para ingresar en un estamento dominante.
Weber insiste en que, si bien la condición de miembro de un estamento “normalmente se halla más bien en radical oposición a las pretensiones de la pura posesión de bienes” se da sin embargo el caso de que a largo plazo, la propiedad se reconoce con extraordinaria regularidad.
Tanto la condición de miembro de una clase como la de un estamento pueden ser una base de poder social. Pero la formación de partidos políticos es un influjo ulterior, analíticamente independiente, en relación con la distribución de poder. Un partido designa cualquier asociación voluntaria que pretende conseguir el control directivo de una organización con el fin de poner en práctica determinada política dentro de ella.
El crecimiento del Estado moderno ha traído consigo el desarrollo de los partidos políticos en masas, y la aparición de los políticos profesionales.
Un orden político en el que el reclutamiento de personas para ocupar los puestos de poder se realiza entre los que viven para la política, se saca necesariamente de una élite de propietarios, que son generalmente más rentistas que empresarios.
RESUMEN La explicación de la desigualdad – Rosemary Crompton
Todas las sociedades complejas se caracterizan, en un grado variable, por la desigual distribución de las recompensas materiales y simbólicas. Es también el caso de que nunca ha existido una estructura persistente de desigualdad económica y social sin que hubiera también algún tipo de sistema de significados que persiguiera tanto explicar cómo justificar la desigual distribución de los recursos sociales.
El de “estratificación social” es un término general que describe estas estructuras sistemáticas de la desigualdad. En las sociedades tradicionales o preindustriales, está muy extendida la idea de que las desigualdades, y por ende, la estratificación social son naturales y/o reflejan aspectos de la cosmología que proveen una explicación de la sociedad misma. Si las desigualdades son naturales, entonces no es necesario seguir investigándolas.
Las desigualdades derivan de una estructura de la sociedad establecida por la divinidad (por ejemplo, el sistema de castas de la India clásica). El rango social corresponde a la pureza religiosa (ritual). Las castas inferiores contaminan a las superiores.
El kharma le enseña a un hindú que ha nacido en determinada casta o subcasta debido a que ello es lo que se merece como consecuencia de sus acciones en una vida anterior. El dharma, que significa “existir conforme a lo que es moral”, enseña que vivir la vida presente de acuerdo con las normas tiene como resultado el nacimiento en una casta superior.
En la Europa feudal, la estratificación venía también acompañada de justificaciones morales y religiosas. La condición del individuo estaba determinada por el acceso a la tierra. Era una sociedad jerárquica en la que el campesinado hecho siervo estaba sometido a la dominación de los señores eclesiásticos y seculares. La Iglesia poseía el poder moral y económico. Dios había concedido la tierra al hombre para que la habitara con el propósito de lograr su salvación eterna.
Europa occidental y gran parte del resto del mundo cambiaron debido al desarrollo del industrialismo capitalista, el elemento más relevante del proceso se ha definido como la llegada de la Modernidad. Se desarrolló desde el siglo XVII el argumento de que, en virtud de su humanidad, todos los seres humanos nacían iguales, no desiguales.
Si todo individuo nace con derechos naturales, ¿por qué algunos individuos dominan a otros?.
Hobbes, afirmaba que la vida en el estado de naturaleza era “peligrosa, brutal y corta”, se caracterizaba por la guerra del “hombre contra el hombre”. La solución a este problema del orden era la sumisión al estado, sin la cual no habría más que caos. Locke, también afirmó que era la autoridad del estado la que mejor podía garantizar los “derechos naturales” a la vida, la libertad y la propiedad. Rousseau expresó en una conocida frase que desde entonces ha resonado a lo largo de la historia, que “el hombre nació libre y en todas partes se lo encuentra encadenado”. Afirmaba que la democracia directa expresada por medio de la voluntad general proporcionaba la mayor protección al individuo.
El fin de la sociedad tradicional y el desarrollo del industrialismo capitalista se produjo junto al énfasis en la racionalidad del hombre social moderno.
Los cambios políticos que crearon el individuo formalmente libre también alumbraron al trabajador sin tierra que tenía el derecho de vender lo único que poseía: su trabajo o capacidad de trabajar. El trabajo se convirtió en una mercancía.
Las revoluciones inglesas y francesas fueron los principales cambios políticos que se produjeron en la transición al industrialismo capitalista.
Toda la historia de la sociedad humana hasta el día es una historia de luchas de clases. La desigualdad era y siempre había sido un reflejo del diferente acceso a los medios de producción y a lo que se producía.Para Marx, el poder del estado era inseparable del poder económico, y el individuo soberano del capitalismo no era sino una condición necesaria del desarrollo del modo de producción capitalista.
Los trabajadores sin tierra que aparecieron como consecuencia del cambio político y económico constituían una nueva clase: el proletariado.
En este libro analizaremos la “clase” como un fenómeno distintivamente moderno.
Constituye principalmente una característica de los sistemas modernos de estratificación de las sociedades industriales. Esto no significa que las clases no existieran antes de la modernidad, sino que el discurso de la clase se ha convertido en uno de los conceptos más importantes para empezar a comprenderla.
Las ideologías asociadas a la religión y la costumbre, en las sociedades tradicionales, identificaban los distintos niveles de recompensa material que debían corresponder a los diferentes rangos de la sociedad, ofrecían esperanza tras la muerte y proporcionaban una poderosa justificación moral para la distribución des-desigual de recursos.
Orden social y teorías de la diferenciación social.
La desigualdad constituye un rasgo característico de toda sociedad compleja. Las desigualdades materiales no han de ser algo necesariamente negativo. Ese es el argumento sobre el cual los neoliberales hablan de la desigualdad.
Los orígenes de las teorías funcionalistas de la estratificación se encuentran en el funcionalismo estructural parsoniano que dominó la teoría sociológica en los Estados Unidos tras la segunda guerra mundial.
También reflejan algunos elementos del análisis Durkhenianos de las consecuencias sociales últimas de la división del trabajo de la sociedad industrial. Durkheim era plenamente consciente de las consecuencias negativas de la división del trabajo (la pobreza, el descontento social, etc) generadas por el desarrollo del capitalismo industrial. Pero afirmaba que, las formas normales de la división del trabajo conducirían al desarrollo de la “solidaridad orgánica”, la solidaridad a través de la interdependencia en la sociedades industriales complejas.
En la sociedad competitiva de mercado, el que tiene más talento y ambiciones, en suma, el mejor, es el que llega más alto y por lo tanto el que consigue la mayor parte de la recompensa de las sociedades. Sin embargo muchos estudiosos han comentado que estos argumentos se basan en la presunción de la igualdad de oportunidades.
La igualdad de oportunidades es una justificación poderosa de la desigualdad. Si todos tienen las mismas oportunidades de ser desiguales, entonces el resultado desigual pueden considerarse justo y justificarse como un reflejo de la desigualdades naturales entre los talentos personales y no de procesos sociales estructurados. Nunca se ha alcanzado una verdadera igualdad de oportunidades.
Los funcionalistas han utilizado dos argumentos estrechamente relacionados para explicar y justificar las desigualdades materiales en una sociedad que reconoce política y jurídicamente la igualdad.
Las recompensas desiguales proporcionan una estructura de incentivos que garantiza que los individuos con talento se esforzarán e innovarán contribuyendo así a la mejora de los niveles materiales de la sociedad en su conjunto. Aparece la idea de que existe un amplio consenso sobre la legitimidad de las diferentes recompensas, porque esos innovadores son funcionalmente más importantes para la sociedad.
Marx predijo que la estructura fundamental de la desigualdad de clases asociada al acceso diferente a la propiedad y al control de los recursos productivos, conduciría a través de la lucha de clases entre el trabajo y el capital a la derrota revolucionaria y a la transformación final del industrialismo capitalista.
En conclusión, todo hace suponer que la clase continúa siendo un tema que merece un artículo de toda una página en un prestigioso dominical. Los sociólogos podrían replicar que el uso del término clase, en el discurso académico difiere considerablemente de su uso en el habla coloquial: la utilización cotidiana de la palabra se aproxima más a la noción de prestigio o distinción social.
Quien crea que nos encaminamos hacia una sociedad sin clases, sólo tiene que pararse a considerar la procedencia social de los que inician estudios superiores para rectificar su opinión.
lunes, 19 de mayo de 2014
RESUMEN Becker - Outsiders
Becker comienza diciendo que todos los grupos establecen reglas sociales e intentan aplicarlas. Estas reglas, definen las situaciones y comportamientos considerados apropiados, diferenciando las acciones “correctas” de las “equivocadas” y prohibidas. El supuesto infractor es visto como un tipo de persona especial, como alguien incapaz de vivir según las normas acordadas por el grupo y que no merece confianza. Este es un outsider, un marginal.
Pero al mismo tiempo, la persona considerada outsider, puede que no acepte las reglas por las cuales está siendo juzgada, o rechace la competencia y la legitimidad de sus jueces. Es decir, el infractor puede sentir que sus jueces son outsiders.
Las reglas pueden ser de muchos tipos diferentes. En caso de las leyes formalmente aprobadas, el Estado puede usar su poder judicial para hacerlas cumplir. En casos de pactos informales, su incumplimiento prevé sanciones informales.
Las reglas pueden morir por falta de aplicación. A lo largo de este texto, nos enfocaremos en las reglas que tienen vigencia porque están siendo aplicadas.
El outsider - quien se desvía de un grupo de reglas- ha sido sujeto de múltiples especulaciones, teorías y estudios científicos. Lo que el hombre común quiere saber sobre los outsiders es por qué lo hacen, qué los lleva a hacer algo prohibido y cómo es posible dar cuenta de esta transgresión.
Hay distintos tipos de visiones sobre la desviación de un outsider.
- La más simplista define como desviado todo aquello que se aparta demasiado del promedio. Reduce el problema descartando muchas preguntas valiosas que normalmente surgen cuando se discute la naturaleza de la desviación.
- Otra visión más generalizada, identifica a la desviación con algo esencialmente patológico. Esto quiere decir que cuando algo no funciona bien, hay enfermedad.
- Otro modelo de desviación observa la sociedad, y se pregunta si hay procesos en marcha tendientes a desestabilizarla, amenazando así su supervivencia. Esos procesos son los desviados. Discriminan entre rasgos sociales que fomentan la estabilidad (funcionales) y rasgos que buscan romper la estabilidad (disfuncionales). Tiene la virtud de resaltar las zonas de la sociedad potencialmente problemáticas, que pasan desapercibidas para la gente.
- Otra perspectiva de la desviación, la relativista, define a ésta como el fracaso a la hora de obedecer las normas grupales. Es decir, la desviación, es la infracción a algún tipo de norma acordada.
Esta última perspectiva, se pregunta quién rompe las normas, y pasa a indagar en su personalidad y situaciones de vida del outsider, las razones que puedan dar cuenta de sus infracciones.
Para Becker, dicha presunción ignora el hecho central: la desviación es creada por la sociedad. Es decir, los grupos sociales crean la desviación al establecer las normas cuya infracción constituye una desviación y al aplicar esas normas a personas en particular y etiquetarlas como marginales.
Esto significa que la desviación no es una cualidad del acto que la persona comete, sino una consecuencia de la aplicación de reglas y sanciones a mano de terceros.
En la medida que la categoría de “desviados” carece de homogeneidad y no incluye todos los factores que la integran, es de esperar que no se encuentren factores comunes de personalidad o situaciones de vida que puedan dar cuenta de la supuesta desviación.
Quienes llevan el rótulo de desviados, comparten la experiencia de cargar con dicha etiqueta. Incluso ciertas personas pueden llevarla sin haber violado ninguna norma.
En resumen, para Becker, la desviación no es simplemente una cualidad presente en determinados tipos de comportamientos y ausente en otros, sino que es más bien el producto de un proceso que involucra la respuesta de otros. El mismo comportamiento puede significar una infracción en cierto momento, y en otro no, o si es cometido por cierta persona, y por otra no. El hecho de que un acto sea desviado o no, depende en parte de la naturaleza del acto en sí (si viola o no una norma) y en parte de la respuesta de los demás.
Tipos de conducta desviada:
- Una persona puede tener un COMPORTAMIENTO OBEDIENTE pero puede ser PERCIBIDO COMO DESVIACION, en este caso su conducta desviada es producida por una FALSA ACUSACION.
- Una persona puede tener un COMPORTAMIENTO QUE ROMPE LA REGLA y puede ser PERCIBIDO COMO DESVIACION, en este caso su conducta es de DESVIO PURO.
- Una persona puede tener un COMPORTAMIENTO OBEDIENTE y ser NO PERCIBIDO COMO UNA DESVIACION, en este caso la sociedad está CONFORME con el individuo.
- Una persona puede tener un COMPORTAMIENTO QUE ROMPE LA REGLA y ser NO PERCIBIDO COMO UNA DESVIACION, en este caso, la desviación es SECRETA.
lunes, 12 de mayo de 2014
RESUMEN Berger - La sociedad como realidad subjetiva
1- Internalización de la realidad
a) Socialización primaria
Berger empieza explicando que el individuo no nace miembro de una sociedad, sino que nace con una predisposición hacia la socialidad, que luego llega convertir al individuo en un miembro de la sociedad. Existe una secuencia temporal en la que el individuo es inducido a participar en la sociedad. Para entender esto, debemos entender el concepto de “internalización”: la aprehensión de un acontecimiento objetivo en cuanto expresa un significado, es decir, en cuanto es una manifestación de los procesos subjetivos de otro, que en consecuencia, se vuelven subjetivamente significativos para mí.
Sin embargo, la subjetividad resulta objetivamente accesible y llega a ser significativa haya o no congruencia entre los procesos subjetivos. Es decir, aunque no coincida el significado que uno le da a un fenómeno con la realidad, esa significación es significativa.
La aprehensión comienza cuando el individuo asume el mundo en el que ya viven otros. Cuando el individuo llega a un grado de internalización en el que siente que no solo vive en el mismo mundo, sino que participa en el ser del otro, puede considerárselo miembro de la sociedad.
Berger continúa explicando que, la “socialización” es la inducción amplia y coherente de un individuo en el mundo objetivo de una sociedad. La sociedad primaria es la primera por la que el individuo atraviesa. Ocurre en la niñez. Por medio de ella se convierte en miembro de la sociedad. Por otro lado, la socialización secundaria induce al individuo ya socializado a nuevos sectores del mundo objetivo de su sociedad. Toda socialización secundaria debe semejarse a la primaria (la más importante de las dos).
Sobre la socialización primaria:
Es algo más que un aprendizaje puramente cognoscitivo (es decir, más que la comprensión de las cosas basadas en la percepción de los objetos y de las relaciones e interacciones entre ellos). Se efectúa sobre circunstancias de una enorme carga emocional. Es decir, el niño se identifica con los otros significantes en una variedad de formas emocionales, los internaliza y se apropia de sus roles.
El yo es una entidad que refleja las actitudes que primeramente adoptaron con el individuo los otros significantes. O sea, el niño aprende que él es lo que lo llaman. Cada nombre implica una nomenclatura, que a su ve implica una ubicación social determinada.
Berger también menciona que la realidad objetiva puede “traducirse” fácilmente en realidad subjetiva (la que interpreta e individuo) y viceversa, gracias al lenguaje. De todas formas, la simetría entre ambas realidades nunca puede ser total, ya que ningún individuo internaliza la totalidad de la realidad de su sociedad.
Es importante aclarar que el niño no internaliza al mundo de sus otros significantes como uno de los tantos mundos posibles, sino que lo internaliza como el mundo, el único posible que existe y que puede concebir.
Sobre la socialización secundaria:
Berger explica que la socialización secundaria requiere la adquisición de vocabularios específicos de “roles”, es decir, debe haber una internalización de campos semánticos que estructuran interpretaciones y comportamientos de rutina dentro de un área institucional.
Los “submundos” internalizados en la socialización secundaria son generalmente realidades parciales que contrastan con el “mundo de base” adquirido en la socialización primaria. También ellos constituyen realidades más o menos coherentes, caracterizadas por componentes normativos y afectivos a la vez que cognoscitivos.
La socialización secundaria debe tratar con un “yo” formado con anterioridad y con un mundo ya internalizado. Esto presenta un problema, porque la realidad ya internalizada tiende a persistir. Los nuevos contenidos deben superponerse a esa realidad ya presente.
La mayor parte de la socialización secundaria puede prescindir de la identificación con carga emocional del niño con sus otros significantes, que se ve en la socialización primaria. La secundaria, puede proceder efectivamente con la sola dosis de identificación mutua que interviene en cualquier comunicación entre los seres humanos.
Si bien se necesitan fuertes impactos biográficos para poder desintegrar la realidad masiva internalizada en la primera infancia, resulta más fácil dejar a un lado la realidad de las internalizaciones secundarias.
RESUMEN Berger - La sociedad como realidad objetiva
1- Institucionalización
a) Organismo y actividad
Berger comienza diciendo que todos los animales no humanos, como especie y como individuos, viven en mundos cerrados, cuyas estructuras están predeterminadas por el capital biológico de las diversas especies animales. Pero que, por otro lado, las relaciones del hombre con su ambiente se caracterizan por su apertura al mundo. El hombre no sólo ha logrado establecerse sobre la mayor parte de la superficie terrestre, sino que su relación con su mundo circundante está estructurada muy imperfectamente por su propia constitución biológica. A pesar de esto, el hombre presenta ciertas limitaciones obvias.
La organización de los instintos del hombre está subdesarrollada. El organismo humano aún se sigue desarrollando biológicamente cuando ya ha entablado relación con su ambiente. En otras palabras, el proceso por el cual se llega a ser hombre se produce en una interrelación con su ambiente.
El ser humano en proceso de desarrollo no sólo se relaciona con un ambiente natural determinado, sino también con un orden cultural y social específico.
La humanidad es variable dede el punto de vista socio-cultural. Es decir, no hay naturaleza humana en el sentido que determine la variabilidad de las formaciones socio-culturales.
Berger afirma que el hombre posee una naturaleza, es más, el hombre construye su propia naturaleza, es decir, el hombre se construye a sí mismo.
Luego menciona que la sexualidad humana se caracteriza por su alto grado de elasticidad, que no solo es relativamente independiente de los ritmos temporales, sino que se adapta tanto a los objetos hacia los que puede dirigirse como a sus modalidades de expresión. Es decir, el hombre es capaz de casi todo. La sexualidad humana está dirigida y estructuralizada en cada cultura particular. Toda cultura tiene su configuración sexual distinta. Esto es producto de las propias formaciones socio-culturales del hombre.
Berger afirma que el período en que el organismo humano se desarrolla hacia su plenitud, es también aquel en que se forma el “yo humano”. La formación del yo debe entenderse en relación con el permanente desarrollo del organismo. Los presupuestos genéticos del yo se dan al nacer, más tarde se experimenta omo identidad reconocible objetiva y subjetivamente. El desarrollo común del organismo y el yo humanos en un ambiente socialmente determinado se relaciona con la vinculación peculiarmente humana entre el organismo y el yo. El hombre es un cuerpo, tiene un cuerpo, y se percibe a sí mismo como entidad que no es idéntica a su cuerpo.
La autoproducción del hombre es siempre una empresa social. Los hombres producen juntos un ambiente social con la totalidad de sus formaciones socio-culturales y psicológicas. Así como es imposible que el hombre se desarrolle en aislamiento, también es imposible que el hombre aislado produzca un ambiente humano. Tan pronto como se observan fenómenos específicamente humanos, se entra en el dominio de lo social.
La estabilidad del orden humano puede darse en dos planos:
- Todo desarrollo individual del organismo está precedido por un orden social dado, o sea que la apertura al mundo está siempre precedida por el orden social.
- Podemos decir que la apertura al mundo, es siempre transformada por el orden social en una relativa clausura al mundo. Aún cuando esta nueva clausura nunca pueda cercarse a la de existencia animal, puede otorgar dirección y estabilidad a la mayor parte del comportamiento humano.
Berger afirma que el orden social es un producto humano. Una producción humana constante. Es decir, no se da biológicamente. El orden social no forma parte de la “naturaleza de las cosas” y no puede derivar de las “leyes de la naturaleza”. Existe solamente como producto de la actividad humana.
b) Orígenes de la institucionalización
Toda actividad humana está sujeta a la habituación (proceso por el que ante un impulso repetido, la respuestas no varían). Implica que la acción puede volver a ejecutarse en un futuro de la misa manera y con idéntica economía de esfuerzos.
Las acciones habitualizadas retienen su carácter significativo para el individuo. Si bien en teoría puede haber cientas maneras para hacer algo, la habitualización las restringe a una sola. A través de las producciones que produce, puede anticipar la actividad que habrá de realizarse en cada una de ellas. Estos procesos de habituación anteceden a toda institucionalización.
La institucionalización aparece cada vez que se da una tipificación recíproca de acciones habitualizadas por tipos de actores.
Las tipificaciones (adaptación de varias cosas semejantes al patrón de un modelo) que constituyen las instituciones son accesibles a todos los integrantes de un determinado grupo social. Las instituciones establecen que las acciones del tipo X sean realizadas por actores del tipo X.
Las instituciones implican historicidad y control. Siempre tienen un historia, de la cual son productos los individuos. También controlan el comportamiento humano estableciendo pautas definidas de antemano que lo canalizan en una dirección determinada.
De todos modos, su eficacia controladora es secundaria o suplementaria, el control social primordial ya se da de por sí en la vida de la institución en cuanto tal. Solamente se requieren mecanismo de control adicionales cuando los procesos de institucionalización no llegan a cumplirse cabalmente.
Ejemplo: la sexualidad humana se controla socialmente por su institucionalización en el curso de la historia particular de que se trate. El tabú del incesto en si mismo no es más que el aspecto negativo de un conjunto de tipificaciones.
Cuando A y B interactúan, se producirán tipificaciones con suma rapidez. A observará actuar a B. Atribuirá motivos a los actos de B y, viendo que se repiten, tipificará los motivos como recurrentes. Desde un principio, tanto A como B supondrán esta reciprocidad en la tipificación. Cada uno estará en condiciones de prever las acciones del otro, es decir, la interacción de ambos llegará a ser previsibles. Entonces, este caso estará en vía de construcción de un mundo social que contendrá en su interior las raíces de un orden institucional de expansión, debido a la división del trabajo y a las innovaciones a nuevas habituaciones, ampliando más el trasfondo común a ambos individuos.
El trabajo, la sexualidad y la territorialidad son otros focos probables de tipificación y habituación.
Cuando aparece un tercero en la situación original de A y B, ahora se transmite a otros, la institucionalización se perfecciona. Esto se debe a que adquieren historicidad. Perfeccionan una cualidad: la objetividad. Es decir, las instituciones se han cristalizado y se experimentan como existentes por encima y más allá de los individuos. Las instituciones se experimentan ahora como si poseyeran una realidad propia, que se presenta al individuo como un hecho externo y coercitivo.
A y B son los únicos responsables de haber construido este mundo, también ellos son capaces de cambiarlo o abolirlo. El mundo así plasmado les resulta transparente, comprenden el mundo que ellos mismos han construído. Pero todo esto se altera al transmitir el mundo a otra generación, la objetividad del mundo institucional se “espesa”. El “ya volvemos a empezar” cuando A y B recién empezaban a relacionarse, se transforma en “Así se hacen las cosas”.
Una vez llegados a este punto, ya es posible hablar de un mundo social en el sentido de una realidad amplia y dada. Solamente así, como mundo objetivo, pueden las formaciones sociales transmitirse a la nueva generación.
Si consideramos el factor más importante de socialización, el lenguaje, vemos que para el niño aparece como inherente a la naturaleza de las cosas y no puede captar la noción de su convencionalismo. Las instituciones aparecen de la misma forma, como dadas, inalterables y evidentes por sí mismas.
En resumen, un mundo institucional, se experimenta como realidad objetiva, tiene una historia que antecede al individuo y no es accesible a su memoria biográfica.
Con la historización y objetivación de las instituciones también surge la necesidad de desarrollar mecanismos específicos de controles sociales. Las instituciones deben invocar la autoridad sobre el individuo, con independencia de los significados subjetivos que aquél pueda atribuir a cualquier situación particular. Hay que enseñarle a los niños cómo comportarse, y después obligarlos a andar derecho. Cuanto más se institucionaliza el comportamiento, más previsible y, por ende, más controlado se vuelve.
Las instituciones tienden verdaderamente a la “cohesión”. Algunas relevancias serán comunes a todos los integrantes de una colectividad. Por otra parte, muchas áreas de comportamiento serán relevantes sólo para ciertos tipos.
Sobre el lenguaje, Berger afirma que proporciona superposición fundamental de la lógica al mundo social objetivado. Sobre el lenguaje se construye el edificio de la legitimación. Dado que el individuo bien socializado “sabe” que su mundo social es un conjunto coherente, se verá obligado a explicar su buen o mal funcionamiento en términos de dicho “conocimiento”
Dado que dicho conocimiento se objetiva socialmente como un cuerpo de verdades válidas en general acerca de la realidad, cualquier desviación radical que se aparte del orden institucional aparece como una desviación de la realidad, y puede llamársela depravación moral, enfermedad mental o ignorancia a secas.
Lo que en la sociedad se da por establecido como conocimiento, llega a ser simultáneo con lo cognoscible, o en todo caso proporciona la armazón dentro de la cual todo lo que aún no se conoce llegará a conocerse en el futuro.
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